La higiene es un aspecto fundamental en la vida de cualquier persona, pero cobra aún más importancia en la tercera edad. Con el paso de los años, las personas mayores pueden enfrentar dificultades para mantener una rutina de higiene adecuada debido a limitaciones físicas, cognitivas o emocionales. Una correcta higiene personal no solo contribuye al bienestar físico, sino que también mejora la autoestima y la calidad de vida de los mayores.
En este artículo, analizaremos la importancia de la higiene en el cuidado de las personas mayores, los beneficios que aporta y consejos prácticos para garantizar un cuidado adecuado.
Beneficios de una buena higiene en los mayores
1. Prevención de enfermedades e infecciones
Una higiene adecuada ayuda a prevenir infecciones cutáneas, problemas respiratorios y enfermedades derivadas de la falta de limpieza. La piel de las personas mayores es más frágil y propensa a heridas, por lo que una limpieza diaria y el uso de productos adecuados pueden evitar infecciones y complicaciones.
2. Mejora de la salud mental y emocional
El aseo diario tiene un impacto directo en la autoestima y el estado de ánimo de los mayores. Sentirse limpio y cuidado aumenta la confianza y la dignidad, reduciendo la sensación de aislamiento y depresión.
3. Prevención de problemas en la piel
Con la edad, la piel se vuelve más seca y sensible. Mantener una higiene adecuada con productos suaves e hidratantes evita problemas como la descamación, las úlceras por presión y las irritaciones.
4. Mayor comodidad y bienestar
Una correcta higiene corporal proporciona una sensación de frescura y bienestar. Esto es especialmente importante en personas con movilidad reducida, quienes pueden sentirse incómodas si no mantienen una higiene regular.
5. Prevención de problemas bucales
La higiene bucal es esencial para prevenir caries, infecciones y enfermedades de las encías. Un adecuado cuidado dental mejora la digestión y evita problemas de salud derivados de infecciones en la boca.

Aspectos clave en la higiene de las personas mayores
1. Higiene corporal
El baño regular es esencial para mantener la limpieza de la piel y prevenir infecciones. Sin embargo, no siempre es necesario un baño diario, especialmente si la piel es seca o sensible. En estos casos, se pueden realizar baños con esponja o higiene parcial en las zonas más expuestas al sudor y suciedad.
Consejos:
- Usar agua tibia y jabones suaves para evitar la irritación de la piel.
- Secar bien las zonas con pliegues (axilas, ingles) para evitar infecciones por humedad.
- Aplicar crema hidratante para mantener la piel nutrida y evitar la sequedad.
2. Higiene capilar
El lavado del cabello debe adaptarse a las necesidades individuales. En algunos casos, basta con lavarlo una o dos veces por semana.
Consejos:
- Utilizar champús suaves y específicos para cabello seco o frágil.
- Peinar el cabello regularmente para evitar enredos y estimular el cuero cabelludo.
- En personas con movilidad reducida, optar por soluciones prácticas como champús en seco.
3. Higiene bucal
Una correcta higiene bucal es fundamental para prevenir infecciones y problemas digestivos.
Consejos:
- Cepillar los dientes al menos dos veces al día con un cepillo de cerdas suaves.
- Utilizar enjuague bucal y seda dental para una limpieza más profunda.
- En caso de prótesis dentales, limpiarlas diariamente con productos específicos.
- Realizar revisiones dentales periódicas para detectar posibles problemas a tiempo.
4. Cuidado de las uñas
Las uñas largas o sucias pueden acumular bacterias y provocar infecciones.
Consejos:
- Cortar las uñas regularmente con utensilios limpios y desinfectados.
- Mantener las uñas de los pies bien cuidadas para evitar problemas como uñas encarnadas.
- En personas con diabetes, prestar especial atención al cuidado de las uñas para evitar complicaciones.
5. Higiene en la ropa y el entorno
La limpieza del entorno también forma parte de la higiene personal. La ropa y la ropa de cama deben mantenerse limpias y en buen estado.
Consejos:
- Cambiar la ropa interior y la ropa de dormir diariamente.
- Lavar las sábanas y toallas con frecuencia.
- Ventilar la habitación para evitar la acumulación de humedad y malos olores.

Cómo ayudar a una persona mayor a mantener su higiene
1. Fomentar la autonomía
Siempre que sea posible, es recomendable permitir que la persona mayor realice su propia higiene con supervisión y apoyo, en lugar de hacerlo todo por ella. Esto refuerza su autoestima y autonomía.
2. Establecer rutinas
Crear una rutina de higiene ayuda a evitar olvidos y proporciona estructura al día. Es útil establecer horarios fijos para el baño, el cepillado de dientes y el cambio de ropa.
3. Facilitar el acceso a los productos de higiene
Disponer de productos adecuados y accesibles facilita la tarea de aseo. Es recomendable tener todo al alcance y adaptar el baño con elementos de seguridad, como barras de apoyo y sillas de ducha.
4. Ser paciente y comprensivo
Algunas personas mayores pueden mostrar resistencia a la higiene por vergüenza o miedo. Es importante actuar con paciencia, respeto y empatía para que el proceso sea lo menos invasivo posible.
La higiene es un pilar fundamental en el cuidado de las personas mayores, ya que no solo influye en su salud física, sino también en su bienestar emocional y autoestima. Mantener una rutina de higiene adecuada, adaptada a sus necesidades, contribuye a una mejor calidad de vida y previene numerosas complicaciones de salud.
Con pequeños cambios y una atención constante, es posible garantizar que los mayores disfruten de una higiene adecuada, reforzando su dignidad y permitiéndoles vivir con mayor comodidad y bienestar.
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