Cómo Detectar y Tratar la Demencia en Personas Mayores

Cómo detectar y tratar la demencia en personas mayores

La demencia es una afección que afecta a millones de personas mayores en todo el mundo. Se caracteriza por la pérdida progresiva de funciones cognitivas, lo que impacta en la memoria, el pensamiento y la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas. Aunque suele asociarse con el envejecimiento, no es una parte inevitable del proceso de envejecimiento. Detectarla a tiempo y ofrecer un tratamiento adecuado puede mejorar la calidad de vida del paciente y de sus cuidadores.

En este artículo, exploraremos los signos tempranos de la demencia, cómo se diagnostica y cuáles son las estrategias de tratamiento y cuidado más efectivas.

Síntomas tempranos de la demencia
La detección temprana de la demencia es clave para un mejor manejo de la enfermedad. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

1. Pérdida de memoria
Uno de los signos más evidentes es la dificultad para recordar información reciente. Las personas con demencia pueden olvidar conversaciones, eventos o repetir la misma pregunta varias veces.

2. Dificultad para planificar o resolver problemas
Las tareas que antes realizaban con facilidad, como manejar las finanzas o seguir recetas de cocina, pueden volverse complicadas. También pueden experimentar dificultades para tomar decisiones.

3. Problemas de comunicación y lenguaje
Olvidar palabras comunes o tener dificultad para seguir una conversación son síntomas frecuentes. Pueden repetir frases o detenerse a mitad de una oración sin recordar cómo continuar.

4. Desorientación en tiempo y espacio
Las personas con demencia pueden perderse en lugares familiares, olvidar fechas importantes o no reconocer el día de la semana.

5. Cambios en el estado de ánimo y el comportamiento
Es común que la demencia provoque cambios de humor repentinos, irritabilidad, ansiedad o depresión. También pueden presentar desinterés por actividades que antes disfrutaban.

Cómo detectar y tratar la demencia en personas mayores

Diagnóstico de la demencia
Detectar la demencia requiere una evaluación médica completa. Los métodos más utilizados incluyen:

1. Historia clínica y entrevista con familiares
El médico recopila información sobre los síntomas, cuándo comenzaron y cómo afectan la vida diaria de la persona.

2. Pruebas cognitivas
Existen diversas pruebas para evaluar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas, como el Mini-Mental State Examination (MMSE) o el test de Montreal Cognitive Assessment (MoCA).

3. Exámenes de laboratorio
Se pueden realizar análisis de sangre para descartar otras condiciones médicas que puedan estar causando los síntomas, como deficiencias vitamínicas o problemas tiroideos.

4. Estudios de neuroimagen
Las resonancias magnéticas o tomografías computarizadas ayudan a identificar cambios en el cerebro asociados con la demencia, como atrofia cerebral o acumulación de placas de proteínas.

Tipos de demencia más comunes
Existen diferentes tipos de demencia, cada uno con características específicas:

  • Enfermedad de Alzheimer: Es la forma más común de demencia y se caracteriza por la acumulación de placas beta-amiloides en el cerebro.
  • Demencia vascular: Provocada por problemas en el flujo sanguíneo cerebral, como accidentes cerebrovasculares.
  • Demencia con cuerpos de Lewy: Presenta síntomas similares al Alzheimer pero con alucinaciones visuales y problemas del sueño.
  • Demencia frontotemporal: Afecta principalmente el comportamiento y el lenguaje en sus etapas iniciales.
Tratamiento de la demencia

Tratamiento de la demencia
Si bien no existe una cura para la demencia, hay tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

1. Medicación
Ciertos medicamentos pueden retrasar la progresión de los síntomas:

  • Inhibidores de la colinesterasa: Como donepezilo, rivastigmina y galantamina, que mejoran la comunicación entre las células cerebrales.
  • Memantina: Ayuda a regular el glutamato, un neurotransmisor implicado en la memoria y el aprendizaje.
  • Medicamentos para síntomas específicos: Como antidepresivos o ansiolíticos para controlar la ansiedad y la depresión.

2. Terapias no farmacológicas

  • Estimulación cognitiva: Actividades como rompecabezas, lectura o ejercicios de memoria pueden ayudar a mantener la función cognitiva.
  • Fisioterapia y actividad física: El ejercicio moderado mejora la circulación y la salud cerebral.
  • Terapia ocupacional: Ayuda a mantener la independencia en actividades diarias.

3. Cuidado y apoyo familiar
Los cuidadores desempeñan un papel fundamental en la vida de las personas con demencia. Algunas estrategias para facilitar el cuidado incluyen:

  • Establecer rutinas diarias para reducir la confusión y la ansiedad.
  • Simplificar las tareas y proporcionar instrucciones claras.
  • Crear un entorno seguro, eliminando riesgos en el hogar, como alfombras sueltas o escaleras sin pasamanos.
  • Fomentar la interacción social para evitar el aislamiento y la depresión.

Prevención y reducción del riesgo
Si bien no se puede prevenir completamente la demencia, ciertos hábitos pueden reducir el riesgo:

  • Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y grasas saludables.
  • Realizar ejercicio regularmente, como caminar, nadar o practicar yoga.
  • Estimular el cerebro con lectura, aprendizaje de nuevas habilidades y juegos de memoria.
  • Controlar enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.
  • Mantener una vida social activa para reducir el estrés y la depresión.

La demencia es un desafío tanto para quienes la padecen como para sus familiares. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida. Aunque actualmente no hay cura, las estrategias médicas y de cuidado pueden ralentizar su progresión y permitir que las personas mayores vivan con mayor bienestar y dignidad.

Es fundamental concienciar sobre la importancia del diagnóstico temprano y proporcionar apoyo tanto a los pacientes como a sus cuidadores, asegurando que cuenten con los recursos necesarios para enfrentar esta enfermedad con la mejor calidad de vida posible.

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