El síndrome de Asperger se considera un trastorno del espectro autista (TEA) con una expresión más leve. Este síndrome es una condición que hace que la persona tenga dificultades para relacionarse y comunicarse con los demás.
Actualmente, no se han determinado las causas de los trastornos del espectro autista, aunque en casi la mitad de los casos diagnosticados hay un componente genético.
Este síndrome es bastante más común que el autismo clásico.
Principales Síntomas del Síndrome de Asperger
Los síntomas de este trastorno no se manifiestan de la misma manera en todas las personas que lo padecen, sino que varían y evolucionan con el paso de los años. No obstante, existen comportamientos comunes:
– Dificultades en la interacción social
– Problemas en la comunicación y el habla
– Fijaciones intensas con ciertos temas, como números o fechas
– Comportamientos repetitivos y la necesidad de crear rutinas fijas
– Intereses limitados y especiales
– Hipersensibilidad a estímulos sensoriales, como la luz, el sonido o el tacto
– Incoordinación motora
El TEA se origina en el sistema nervioso central. No existe un marcador biológico que permita identificar el problema y las primeras manifestaciones se producen en los primeros 3 años de vida.
Sin embargo, estos signos pueden no manifestarse en este período, y pueden ser enmascarados por algunas estrategias de comportamiento aprehendidas por el niño, y aparecer un poco más tarde, cuando las solicitudes sociales exceden el límite de capacidades.
Diagnóstico del síndrome de Asperger
El diagnóstico es la identificación formal de la afección. Por lo general, es realizada por un equipo de diagnóstico multidisciplinario, que a menudo incluye un psiquiatra y un psicólogo. Debido a que el síndrome de Asperger varía mucho de persona a persona, hacer un diagnóstico puede ser difícil.
Aunque a menudo se diagnostica en la infancia, el síndrome de Asperger no se identifica en algunas personas hasta la vejez. Con el envejecimiento, las personas mayores que sufren de este trastorno pueden experimentar desafíos adicionales en las actividades de la vida diaria (ADL). La comunicación y la interacción social pueden volverse más difíciles a medida que disminuyen las oportunidades de interacción con los demás. Algunas personas que sufren de este tipo de autismo también pueden desarrollar trastornos del estado de ánimo, como ansiedad o depresión, que pueden ser más comunes en la vejez.
Cuanto antes se realice el diagnóstico y se inicien intervenciones para el tratamiento del niño, mejor será su adaptación al medio y a la calidad de vida.
Tratamiento del síndrome de Asperger
El tratamiento para el síndrome de Asperger tiene como objetivo promover la calidad de vida y una sensación de bienestar. Por lo tanto, es importante que el tratamiento se inicie poco después del diagnóstico e, idealmente, aún durante la infancia, para que sea posible obtener mejores resultados durante todo el tratamiento.
Por lo general, el tratamiento lo realiza un equipo multidisciplinario, que coordina las terapias para que se complementen con el tiempo:
– Acompañamiento psicológico: estimular el diálogo con alguien “desconocido”
– Sesiones de Patología del Habla y Lenguaje y Audiología: estimular la construcción del habla y la oración
– Uso de medicamentos: controlar los signos de ansiedad, depresión, hiperactividad o déficit de atención.
En general, el apoyo y la comprensión de familiares y amigos es fundamental, así como el mantenimiento de un entorno estructurado.
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