La incidencia de pérdida de peso involuntaria aumenta con el envejecimiento. Una de las principales razones por las que las personas mayores sufren de pérdida de peso involuntaria se debe a los malos hábitos alimenticios. Después de una pérdida de peso involuntaria, el sistema inmunológico puede deteriorarse, dejando a los ancianos más vulnerables a infecciones y enfermedades con una capacidad debilitada para recuperarse.
La pérdida de peso involuntaria se refiere a la pérdida de peso que ocurre cuando una persona no está haciendo dieta o tratando de perder peso.
En algunos casos, la pérdida de peso en las personas mayores es consecuencia de una vida joven y adulta en la que la alimentación no estaba a la par con la nutrición y que acabó cayendo en hábitos poco saludables que se acentúan al llegar a la vejez.
En otros casos, esta pérdida de peso puede ser un signo de un trastorno físico, emocional o mental grave. Además de la pérdida de peso, la persona puede tener otros síntomas, como pérdida de apetito, fiebre, dolor o sudores nocturnos, debido a un trastorno subyacente.
Pero la pérdida de peso en las personas mayores debido a los malos hábitos alimenticios tiene otra razón que a menudo es frecuente: la pérdida de habilidades. El cansancio, el malestar físico o el dolor son algunas de las razones por las que las personas mayores dejan de preparar sus alimentos. Si viven solos y dejan de preparar su propia comida, terminan comiendo todo lo que pueden lograr, lo que generalmente rara vez es saludable, no nutritivo, ni les permite mantener una dieta equilibrada.
Esta pérdida de peso en los ancianos a veces puede ser causada por diferentes situaciones, incluyendo diferentes patologías médicas importantes que deben ser evaluadas. Las razones más comunes para la pérdida de peso en los ancianos son:
Infecciones a largo plazo que no se han detectado o están bajo tratamiento
Uso de ciertos medicamentos que reducen el apetito o causan pérdida de peso como efecto secundario.
– Cáncer
– Enfermedad cardiovascular
– Enfermedad de Parkinson que puede conducir a la pérdida de peso involuntaria
– Enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia que afectan las tareas diarias
– Deterioro gradual de las funciones cognitivas y la memoria
–Depresión
– Disfagia o dificultad para tragar o tragar alimentos.
La pérdida de peso involuntaria en los ancianos puede ser un signo de enfermedad u otros problemas médicos subyacentes. De ahí la necesidad de consultar a un especialista, que pueda determinar las causas y establecer el tratamiento adecuado si es necesario.
Es fundamental que las personas mayores sigan algunas recomendaciones para mantener una vida saludable y esto afecta directamente al cuidado de su peso.
Aunque la pérdida de peso involuntaria es común entre los ancianos, hay pasos que uno puede tomar para prevenir y mantener un peso saludable durante todo el proceso de envejecimiento, tales como:
Seleccione alimentos ricos en fibra, como panes y cereales integrales, frijoles sin sal, nueces y semillas, verduras de colores brillantes (como judías verdes) y frutas.
– Evite los alimentos fritos. En su lugar, elija alimentos horneados, a la parrilla o cocidos.
– Beber leche desnatada o descremada enriquecida con vitamina D; productos lácteos o leche de soja, almendras, arroz u otras bebidas con vitamina D agregada y suplementos de calcio para ayudar a fortalecer los huesos a medida que envejece.
¿Tienes preguntas? Llama, realiza un pedido o envía un e-mail y Via Senior Social Workers te atenderá de forma personalizada, sin compromiso y de forma totalmente gratuita. ¡No pierdas más tiempo!