El Accidente Cerebrovascular Isquémico (ACV) ocurre cuando uno de los vasos del cerebro se obstruye por un coágulo, impidiendo el paso de oxígeno a las células cerebrales, causando síntomas como dificultad para hablar, boca torcida, pérdida de fuerza en un lado del cuerpo y cambios en la visión.
En España es la primera causa de muerte en mujeres y tercera en hombres.
El tipo más común de accidente cerebrovascular es isquémico, que ocurre cuando un coágulo bloquea la arteria que lleva sangre al cerebro. Puede ser provocado por:
– Una trombosis cerebral, cuando se forma un coágulo de sangre en una arteria principal hacia el cerebro.
– Una embolia cerebral, cuando la obstrucción causada por el coágulo, la burbuja de aire del glóbulo de grasa (embolia) se forma en un vaso sanguíneo en algún lugar del cuerpo y se transporta en el torrente sanguíneo al cerebro.
– Un bloqueo en los pequeños vasos sanguíneos de la parte más profunda del cerebro.
Síntomas de un Accidente Cerebrovascular Isquémico
Entre los síntomas más frecuentes, destaca un conjunto de manifestaciones. Son los siguientes:
– Cara: dando una sensación de asimetría de la cara;
– Fuerza: disminución de la fuerza en un brazo (acompañada o no por disminución de la fuerza en la pierna);
– Habla: dificultad para tener cualquier tipo de habla, dificultad para hablar o existencia de un discurso que sea incomprensible y sin sentido;
– Falta repentina de visión: cambio en la visión o disminución abrupta en uno o ambos ojos o visión doble;
– Dolor de cabeza intenso: dolor de cabeza muy intenso y diferente al habitual.
Además del diagnóstico y el tratamiento en la fase aguda, es esencial no descuidar la rehabilitación. La rehabilitación tiene un papel preponderante en varios niveles: en la recuperación funcional, cognitiva y psicosocial; integración social; mejorar la calidad de vida; en el mantenimiento de la actividad profesional y en el grado de dependencia. Las consecuencias del ictus pueden ser diversas: dificultad para movilizar una extremidad, alteración del lenguaje con dificultad en la expresión o comprensión, alteración de la visión, alteración de la deglución, alteración del equilibrio, alteración de la sensibilidad, entre otras. Alrededor de un tercio de los sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares pueden quedar con deterioro cognitivo y muchos con dolor crónico. Un plan de rehabilitación adaptado a las necesidades de cada paciente es importante.
La llegada oportuna a la unidad hospitalaria permitirá la realización de tratamientos que solo son efectivos en las primeras horas después del inicio del accidente cerebrovascular, reduciendo en aproximadamente un 30 a 50% la probabilidad de muerte o discapacidad grave.
Tratamiento
El tratamiento del accidente cerebrovascular depende del tipo y la causa del accidente cerebrovascular, así como de la extensión y ubicación de la lesión cerebral. El tratamiento debe iniciarse lo antes posible para minimizar la lesión cerebral y mejorar las posibilidades de recuperación.
Para el ACV Isquémico, el tratamiento oportuno tiene como objetivo restaurar la circulación y garantizar un mejor flujo sanguíneo. La elección de la combinación de medicamentos siempre debe ser realizada por el médico y administrada tan pronto como sea posible después de la aparición de los síntomas. Los medicamentos más útiles para el tratamiento y la prevención del accidente cerebrovascular son los medicamentos antihipertensivos, los agentes antiplaquetarios y los anticoagulantes. En algunos casos, la cirugía puede ser crítica para desbloquear una arteria obstruida. Otras opciones de tratamiento incluyen:
Aspiración del coágulo (en algunos casos)
–Angioplastia
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