Orientación para Familiares de Ancianos después del alta Hospitalaria

La población adulta mayor es el principal grupo etario de internación en los hospitales, generando algunos desafíos en el alta hospitalaria, como la falta de un familiar en el período de hospitalización para recibir orientación del equipo multidisciplinario, así como el adecuado apoyo familiar y financiero para la atención en el proceso posterior al alta.

Los ancianos no están condenados a enfermar solo porque llegan a la vejez, no todos enferman con la misma frecuencia. Es necesario distinguir entre lo que son enfermedades y lo que es propio de la vejez.

La hospitalización se asume como una experiencia que produce varias emociones, en cierto modo amenazantes de lo que es el contexto familiar del paciente, es decir, los ancianos son retirados de su contexto familiar e integrados en un ambiente frío, con extraños, donde son sometidos a rutinas desconocidas y están bajo la autoridad de extraños.

El alta hospitalaria plantea el desafío de derivar a personas mayores dependientes sin apoyo familiar, cuya familia no tiene las condiciones financieras o de vivienda para recibirlos, o que necesitan trabajar y no pueden brindar atención.

La clasificación del grado de dependencia refleja una de las mayores dificultades en el alta hospitalaria:

Grado de Dependencia I – ancianos independientes, incluso si requieren el uso de equipos de autoayuda;

Grado de Dependencia II – ancianos con dependencia de hasta tres actividades de autocuidado para la vida diaria, tales como: alimentación, movilidad, higiene; sin deterioro cognitivo o con deterioro cognitivo controlado;

Grado de Dependencia III: ancianos con dependencia que requieren asistencia en todas las actividades de autocuidado para la vida diaria y/o con deterioro cognitivo.

La mayoría de las veces, la familia comienza a tener el rol de cuidador informal, quienes a su vez son los que más necesitan orientación en el ambiente hospitalario, ya que no tienen ningún tipo de capacitación o conocimiento de la enfermedad y cuidado de los ancianos en el proceso posterior al alta. Incluso si la familia es acogedora, el apoyo y la atención médica a los ancianos no siempre proporcionarán una relación saludable, porque el aumento de su grado de dependencia causará complicaciones para la familia en la vida diaria.

La Planificación y el Alta o Atención Continua (AP/CC) son el conjunto de actividades, realizadas por un equipo de atención multidisciplinaria, durante todo el período de hospitalización, con el fin de facilitar el traslado, adecuado y oportuno, del paciente a otra institución o a la comunidad, con el fin de garantizar la continuidad de la atención. Este proceso debe comenzar en el momento de la admisión, o incluso antes, y solo termina en el momento del alta.

La importancia de la planificación del alta hospitalaria permite no solo reducir los costos y el tiempo asociados con los días de estadía hospitalaria inadecuados, al transferir a los pacientes a su residencia de ancianos o a instituciones donde se les puede proporcionar una atención menos diferenciada, adecuada a su situación, sino también garantizar la reintegración exitosa de los pacientes en sus familias y comunidades.

El hecho de que los pacientes ya no ocupen camas en unidades diferenciadas, en un momento en el que ya no necesitan este tipo de cuidados, permitirá que sean ocupados por pacientes que los necesiten, lo que se traduce en la correcta monetización de este tipo de unidades diferenciadas.

En este proceso, la familia y el paciente deben estar constantemente informados de los cambios a realizar, el tratamiento y las necesidades. El contacto con la familia se considera un potenciador de un post-alta favorable para el paciente y debe ser tenido en cuenta por los equipos multidisciplinarios.

El PA/CC tiene como objetivo proporcionar asistencia a los pacientes y sus familias, asegurando que la atención que se les brinda durante la hospitalización y los beneficios resultantes para su salud se mantengan después del alta hospitalaria.

Etapas del proceso de alta hospitalaria
1. Primera entrevista
2. Estudio de la situación del usuario
3. Registro de información y comunicación
4. Elaboración del primer diagnóstico social
5. Preparación del plan de trabajo
6. Análisis de los recursos comunitarios existentes
7. Decisión
8. Resolución de necesidades
9. El subidón social
10. Alta médica
11. La transición
12. Seguimiento
13. Identificación de recursos comunitarios inexistentes

Hogar de alta hospitalaria
Las personas mayores que son dadas de alta para irse a casa necesitan instrucciones detalladas sobre la atención de seguimiento, y los miembros de la familia u otros cuidadores pueden necesitar orientación para proporcionar esa atención. Existe la probabilidad de resultados adversos y hospitalización adicional si a los pacientes y familiares no se les enseña cómo administrar medicamentos, implementar el tratamiento y monitorear la recuperación.

Cuidar en casa puede ser una tarea agotadora, rodeada de dudas e inseguridades, requiriendo del cuidador además de mucho cariño, mucha información, observación y práctica, para enfrentar los desafíos que en esta etapa son permanentes.

El estado de salud y las demandas del paciente pueden absorber el tiempo del cuidador hasta tal punto que se enfrenta a una gran y continua sobrecarga física y emocional, lo que conduce al aislamiento y a una disminución de los contactos sociales. La situación de enfermedad prolongada de un miembro de la familia puede interpretarse como una situación de crisis que genera estrés, es decir, una amenaza para el equilibrio en el funcionamiento personal, familiar y social.

Alta Hospitalaria a otra Unidad de Salud
Cuando un paciente es dado de alta y transferido a una residencia para personas mayores u otro tipo de institución, se debe enviar un resumen escrito electrónicamente a la institución receptora y ponerse en contacto con la institución. Idealmente, el médico que firma el alta debe llamar al médico o enfermera o enfermera practicante que cuidará al paciente en la nueva institución. El resumen debe contener información completa y precisa sobre los siguientes elementos:
– Estado mental y funcional del paciente
– Momentos en que el paciente recibió los últimos medicamentos
Lista de medicamentos actualmente en uso y sus dosis, vías y horarios en los que deben tomarse
Alergias conocidas a medicamentos o reacciones adversas
– Directivas anticipadas, incluido el estado de reanimación
– Contactos familiares y de apoyo
– Seguimiento de consultas y exámenes
Un resumen de la atención brindada en el hospital, incluidas copias de las pruebas y procedimientos relevantes
Nombres y números de teléfono de una enfermera y un médico que pueden proporcionar información adicional

Un historial médico y social debe acompañar al paciente durante la transferencia y también puede enviarse electrónicamente a la institución receptora para garantizar que no se produzcan lagunas de información.

La comunicación efectiva entre los miembros del personal de las instituciones ayuda a garantizar la atención continua. Por ejemplo, la enfermera del paciente puede llamar a la institución anfitriona para revisar la información poco antes de la transferencia del paciente y llamar a la enfermera que cuidará al paciente después del alta.

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